Al principio llegue un poco nervioso y con miedo al pensar que igual no congeniaría con la gente con la que iba a compartir Residencia, pero eso se me quitó en la primera escala de 5 horas que tuve que hacer con ellos en Múnich. Conseguimos hacer muy rápido muy buena piña y se convertirían en mi familia durante los siguientes 3 meses. Vivimos muchos viajes juntos cenas…
En cuanto a las prácticas, me trataron genial, siempre tuve algo que hacer y la tutora me ayudó mucho y me integró en el grupo de trabajo al que me llevó a cenas de empresa, reuniones, entrevistas en la radio local que tenía.
Llegó la hora de volver y lo que me llevo son recuerdos de todo lo que he vivido: miles de autobuses nocturnos, conversaciones con Dayana y Julen hasta las tantas, noches de películas y cena junto a Julen y Iker. Todas las risas con Pablo, Erika y Olga. Cosas que echaré de menos. Pero se que me he llevado amistades para toda la vida El Erasmus es una experiencia que repetiría una y mil veces.
